En contra de los deseos del bloque de Acción Marplatense (AM) y del Sindicato de Taxistas, las bancadas de la oposición del Concejo Deliberante promovieron ayer la vuelta a comisión del proyecto para contratar el servicio de GPS para taxis, con el argumento de que el expediente no cumplía con algunos requisitos administrativos y luego de realizar algunas observaciones respecto de la solvencia de la empresa proveedora.
Esta decisión generó un gran descontento entre los trabajadores nucleados en el Sindicato de Peones de Taxis que conduce Donato Cirone, quienes habían asistido al recinto del Deliberativo para observar el debate. Allí increparon duramente a los concejales de la oposición que no quisieron acompañar al proyecto, a los que dedicaron algunos insultos y los hicieron responsables de "estar más dispuestos a hacer política que de garantizar la seguridad a los trabajadores".
A partir del resultado negativo de ayer, ahora el expediente tendrá que ser tratado nuevamente por las comisiones para que pueda volver al recinto. En el transcurso de este nuevo trámite seguramente algunos concejales pedirán introducir modificaciones en el texto.
La iniciativa impulsada por AM contempla la contratación directa de la empresa Taxi Puerto SRL por parte del municipio, para encomendarle la colocación de los equipos de GPS a bordo de los 2.142 taxis que circulan por las calles de Mar del Plata.
Los costos de la instalación, que ascienden a 1,7 millones de pesos, correrían por cuenta de la comuna mientras que los propietarios de las licencias deberían hacerse cargo del pago del mantenimiento del servicio, que tiene un precio equivalente a 195 fichas, es decir, unos 97,50 pesos mensuales según la tarifa actual.
La decisión de contratar de manera directa a la empresa Taxi Puerto fue impulsada por el Ejecutivo luego de que fracasaran dos intentos de concretar la medida mediante una licitación, de acuerdo con lo que indica la Ley Orgánica de Municipalidades.
Ayer, el encargado de iniciar el debate en torno a este tema fue el concejal de AM Martín Aiello, quien recordó el compromiso asumido por el intendente Gustavo Pulti de promover la instalación de GPS a bordo de los taxis. Aquel compromiso se originó en el fuerte impacto que causó en la comunidad el asesinato del taxista Luis Severians, ocurrido en noviembre de 2008.
Aiello precisó que con el uso de este sistema se podrá conocer la posición exacta de cada uno de los vehículos, al mismo tiempo que se les proveerá a los trabajadores de un botón de pánico que podrá ser accionado para solicitar auxilio ante casos de emergencia. Asimismo, el concejal puso énfasis en que la medida contó con el respaldo de varias entidades vinculadas al sector.
Si bien de este modo el oficialismo expresó claramente su voluntad de aprobar el proyecto, no logró garantizar la mayoría por sí mismo debido a que uno de integrantes, Mario Lucchesi, se retiró del recinto sin ofrecer explicaciones.
Desenlace con incidentes
Frente a este panorama, la oposición desplegó sus críticas hacia el proyecto, con argumentos que fueron constantemente reprobados desde la barra, ocupada por los taxistas. Uno de los más fustigados fue José Cano (GEN) quien promovió la vuelta a comisiones del proyecto por considerar que no había sido establecido con claridad de qué manera la Municipalidad financiaría los gastos de instalación de los equipos.
Si bien Cano aseguró estar a favor de que los taxis cuenten con GPS, aclaró que no podía acompañar la medida porque en varios puntos era "contraria a la ley". Ante los constantes quejas e insultos de los taxistas, los bloques de la UCR, el FpV y los concejales Carlos Arroyo y Diego Garciarena ratificaron su negativa a aprobar la iniciativa, impulsando la vuelta a comisión del expediente.
El oficialismo, por su parte ensayó varios intentos por rectificar el curso de los acontecimientos, aunque no tuvo éxito. Una de esas intervenciones la protagonizó el presidente del cuerpo Marcelo Artime: como el bloque de AM se había quedado con 11 votos pidió que al menos un opositor votara favorablemente para que luego él mismo pudiera desempatar a favor del proyecto ejerciendo la facultad del voto doble.
Pero la propuesta de Artime no tuvo eco, igual que un pedido de su compañero de bancada Héctor Rosso de pasar a cuarto intermedio para analizar la cuestión en una reunión de presidentes de bloque.
Una vez que el proyecto fue votado prevaleciendo la postura de la oposición, los taxistas hicieron oír aún más su descontento, increpando duramente a varios concejales, especialmente a Garciarena, Cano y Guillermo Schutrumpf. A éste último, del bloque del GEN, llegaron a mojarlo con el contenido de una botella de agua mineral.
En medio de esa tensa situación, que obligó a suspender momentáneamente la sesión, los taxistas fueron retirándose sin ocultar su disconformidad con el resultado.
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