"Carancho": la nueva película de Darín-Trapero y el negocio de las tragedias
El actor, el director y la actriz Martina Gusmán, presentaron su primer filme juntos, que se estrena la semana próxima y va a Cannes. Montado en el universo de los abogados carroñeros y las indemnizaciones por accidentes viales, lo definieron en diálogo con Clarín.com como "un homenaje al policial negro clásico".
Una historia de amor, pero entre guardias médicas y accidentes, con una enfermera algo indefensa que va mutando su personalidad y un abogado carroñero que carga con su pasado. Con esa premisa, Carancho junta por primera vez a Pablo Trapero (director entre otras de Mundo Grúa y Leonera) y a Ricardo Darín. La película, que se estrena la semana próxima y luego marcha a Cannes, fue presentada en palabras de su realizador como "un homenaje al policial negro, donde a partir de una historia centrada en poquitos personajes se puede hacer un retrato social de lo que pasa afuera".
Clarín.com dialogó con Darín, Trapero y Martina Gusmán (protagonista de Leonera y esposa del director) durante la presentación del filme que aunque quedó afuera de la competencia oficial de Cannes, el mes próximo, participará en la prestigiosa sección "Una cierta mirada" al lado de pesos pesado.
Con una filmación ardua (ocho semanas de rodaje, en general nocturno, un uso intensivo de complejos planos secuencia), Carancho desenvuelve una historia de género negro en el universo de los abogados que hacen negocio con las desgracias. En un país con 22 muertos por día en accidentes viales, la tragedia se convierte en negocio.
En ese contexto, el oscilar de extremos y la urgencia son sensaciones presentes en Carancho. "Cosas muy cotidianas de un momento para otro eso se convierten en la ficción más extrema. Eso me parece que funciona bien en la película", planteó Trapero sobre su sexto filme.
También cierta ambigüedad del personaje principal, Sosa, encarnado por Darín, que se mostró encantado con su regreso a un rol de antihéroe: "Me cae bien, me parece, porque martillé demasiado en una zona, en una época en la que por distintos motivos me convocaban para hacer personajes de ganador, de canchero, o del tipo que se queda con la chica. Y está todo bien, es una experiencia, pero transitar otros caminos es un poco más parecido a lo que les pasa a los seres humanos en la realidad, te amplia un poco la caja de herramientas".
El antecedente más cercano de Darín en el género fue una película especial en su filmografía, La Señal, de hace tres años, en la que el actor retomó un proyecto de Eduardo Mignogna tras la muerte del escritor y director. Pero Darín aseguró que Carancho se trató de "una experiencia totalmente distinta", con un método de trabajo al que no estaba habituado. "Aprendí mucho de Trapero, del atrevimiento cinematográfico. De decir 'Bueno, esto los libros dicen que no hay que hacerlo...¿vamos a intentarlo?'. Te cuesta encontrar gente que venga a petardearte las estructuras".
Martina Gusmán (a quien pronto se verá en televisión con un papel en Para vestir santos) había cosechado muy buenas críticas en Leonera y ahora interpreta a Luján, una enfermera que parece discurrir en su universo particular hasta que se enfrenta a un mundo desconocido, el de Sosa y el lucrativo arte de aprovechar los accidentes de tránsito.
"Para mí fue un desafío grande. Y Ricardo es una persona muy generosa. Se generó una dinámica y una química muy grande", explicó a Clarín.com. Carancho es su tercera participación cinematográfica, después de Nacido y criado y Leonera, y siempre con Trapero detrás de cámaras.
Con un recorrido algo inusual, Gusmán combinó la actuación y su otro trabajo: como productora ejecutiva. "La producción es mucho más mental y la actuación mucho más creativa, más sensorial. Las dos partes son complementarias, pero tengo ganas de explorar otros personajes", planteó.
clarin.com
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