Chile festeja la victoria que necesitaba ante Suiza
Le ganó 1-0 con gol de Mark González y dio un paso imprescindible para tratar de clasificarse a octavos de final. Con este resultado quedó abierta la definición del grupo H, que también integran España y Honduras.
Es raro que un triunfo pueda tener un sabor agridulce en un Mundial. Porque Chile consiguió ese resultado que buscó y mereció ampliamente ante una Suiza muy defensiva, pero el 1-0 resultó algo escaso. Tanto para la distancia demostrada en la cancha como para generar una diferencia de gol que llevara tranquilidad con miras a una última fecha que se adivina dramática. Y para la cual los trasandinos no tendrán, por suspensión, a dos piezas importantes como Matías Fernández y Carlos Carmona.
Chile mostró desde los primeros minutos la vocación ofensiva que se le conoce desde que arrancó la era Bielsa. Era lógico también que buscara más que Suiza, que desde lo numérico ya había hecho un trabajo suficientemente importante con su victoria en el debut ante España. Los esquemas se profundizaron a los 31 minutos con un hecho clave: Behrami empezó a tirar manotazos, el último de los cuales le dio en la cara a Vidal, y el árbitro saudí Al Ghamdi decidió sacarle la roja y dejar a los europeos con diez jugadores. Quedaba una hora de partido como para salir del cero.
Le ganó 1-0 con gol de Mark González y dio un paso imprescindible para tratar de clasificarse a octavos de final. Con este resultado quedó abierta la definición del grupo H, que también integran España y Honduras.
Es raro que un triunfo pueda tener un sabor agridulce en un Mundial. Porque Chile consiguió ese resultado que buscó y mereció ampliamente ante una Suiza muy defensiva, pero el 1-0 resultó algo escaso. Tanto para la distancia demostrada en la cancha como para generar una diferencia de gol que llevara tranquilidad con miras a una última fecha que se adivina dramática. Y para la cual los trasandinos no tendrán, por suspensión, a dos piezas importantes como Matías Fernández y Carlos Carmona.
Chile mostró desde los primeros minutos la vocación ofensiva que se le conoce desde que arrancó la era Bielsa. Era lógico también que buscara más que Suiza, que desde lo numérico ya había hecho un trabajo suficientemente importante con su victoria en el debut ante España. Los esquemas se profundizaron a los 31 minutos con un hecho clave: Behrami empezó a tirar manotazos, el último de los cuales le dio en la cara a Vidal, y el árbitro saudí Al Ghamdi decidió sacarle la roja y dejar a los europeos con diez jugadores. Quedaba una hora de partido como para salir del cero.
En el segundo tiempo, Suiza apeló directamente a una defensa heroica. Con hasta cinco defensores en línea, se limitó a aguantar los insistentes ataques chilenos. Y cuando esa muralla era superada, aparecía su arquero Benaglio para taparle a mano a Alexis Sánchez un mano a mano en el que tenía las de perder.
Los minutos corrían y cada minuto era un peso extra en la espalda de los chilenos, que veían cómo se les escapaba una gran chance de acercarse a la clasificación. De vez en cuando, Suiza aparecía para, aunque sea, forzar un contraataque que parecía tener más el objeto de alejar la pelota del arco propio que de llevar algo de peligro de gol. El partido además se picó cada vez más ante la escasa personalidad del árbitro, que terminó el partido con nueve amonestados y un expulsado.
Y todo fue parecido hasta que llegó el pase en profundidad para Paredes, que al límite de la posición adelantada eludió al arquero y mandó el centro preciso para que Mark González cabeceara al gol que hizo festejar a los chilenos. Plena justicia para un equipo que buscaba contra otro que se limitaba a que el tiempo transcurriera.
Paredes se perdió dos veces el 2-0, que hubiera significado prácticamente la clasificación a octavos de final. Pero también pudo haberlo igualado Bunjaku sobre el final, en lo que hubiera significado una soberana injusticia. Se fueron entonces con ese 1-0 que dejó todo abierto y hasta puede terminar beneficiando a Suiza, porque sólo depende su resultado con Honduras para pasar de ronda. Y si manda la lógica, España y Chile chocarán para definir un lugar. Pero mejor no dar por sentado ningún escenario en este grupo parejo e imprevisible.
Los minutos corrían y cada minuto era un peso extra en la espalda de los chilenos, que veían cómo se les escapaba una gran chance de acercarse a la clasificación. De vez en cuando, Suiza aparecía para, aunque sea, forzar un contraataque que parecía tener más el objeto de alejar la pelota del arco propio que de llevar algo de peligro de gol. El partido además se picó cada vez más ante la escasa personalidad del árbitro, que terminó el partido con nueve amonestados y un expulsado.
Y todo fue parecido hasta que llegó el pase en profundidad para Paredes, que al límite de la posición adelantada eludió al arquero y mandó el centro preciso para que Mark González cabeceara al gol que hizo festejar a los chilenos. Plena justicia para un equipo que buscaba contra otro que se limitaba a que el tiempo transcurriera.
Paredes se perdió dos veces el 2-0, que hubiera significado prácticamente la clasificación a octavos de final. Pero también pudo haberlo igualado Bunjaku sobre el final, en lo que hubiera significado una soberana injusticia. Se fueron entonces con ese 1-0 que dejó todo abierto y hasta puede terminar beneficiando a Suiza, porque sólo depende su resultado con Honduras para pasar de ronda. Y si manda la lógica, España y Chile chocarán para definir un lugar. Pero mejor no dar por sentado ningún escenario en este grupo parejo e imprevisible.
Una aplanadoraPortugal armó un carnaval ante Corea del Norte. Tras un primer tiempo parejo, el equipo europeo explotó en el complemento y selló un histórico 7-0. Cristiano Ronaldo hizo el sexto y rompió una racha de 16 meses sin convertir con su selección.
Una tarde Portugal dijo presente. Y el que lo sufrió fue Corea del Norte. Bajo un diluvio, el equipo de Carlos Queiroz armó un festival de goles para decretar la primera goleada de la Copa del Mundo 2010. Fue un histórico 7-0 en Ciudad del Cabo que dejó a los lusitanos con un pie en los octavos de final.
Si bien Portugal se hizo cargo del partido desde el arranque, los asiáticos asustaron con un par de llegadas cuando el partido estaba 0-0. Un remate de larga distancia pasó cerca y luego el arquero Eduardo se lució ante un cabezazo de Tae Se Jong. Pero el gol de Raul Meireles, a los 29 del primer tiempo, le puso fin a la ilusión de Corea del Norte. El volante recibió de Tiago y definió de primera ante la salida del arquero. Lindo gol.
Se descomprimió Portugal y comenzó un nuevo partido. Con un Cristiano Ronaldo más enchufado. Y en el arranque del complemento se vio lo mejor. Simao encontró la llave por la derecha y tras una buena combinación entre Almeida y Meireles puso el segundo. Iban 7 del segundo.
Tres minutos más tarde, Coentrao desbordó por la izquierda y habilitó a Hugo Almeida, que entró solito por el medio del área y la empujó de cabeza a la red. A los 14, Cristiano se escapó por la banda derecha y envió un centro atrás para Tiago, que la ubico en una rincón, lejos del arquero.
El quinto gol lo anotó el ingresado Liedson, de zurda, tras una falla de un defensor coreano. Ronaldo reventó el travesaño y estuvo a punto de romper esa racha de 16 meses sin convertir para su seleccionado. Pero tuvo su revancha a los 42. Picó en posición dudosa y quedó mano a mano con el arquero. Tras una carambola, la pelota le pegó en la espalda y le quedó de frente al arco. Toque y gol. El cierre estuvo a cargo de Tiago: cabezazo a la red tras un buen centro de Coentrao.
Para el alivio de los coreanos, el árbitro chileno Pozo decretó el final. Portugal tuvo su tarde de gloria. Porque se reencontró con su fútbol, porque apareció el equipo y no dependió de sus individualidades y porque llega con el ánimo en alza al choque del viernes contra Brasil, que ganó los dos que jugó. El equipo de Queiroz pasa los octavos con un empate y será líder con una victoria. ¿Podrá demostrar su poder ofensivo contra los brasileños?
misionmundial.com.ar
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